Jueves, 16 de Mayo de 2024

La puja Scioli-Randazzo, en su punto de mayor tensión

El ministro, candidato presidencial y retador del Gobernador bonaerense, insiste con sus críticas mientras algunos sectores de la política piden que baje un cambio. Los hombres de Daniel Scioli, esta semana, salieron del silencio y arremetieron con todo. Los intendentes, los primeros en reaccionar.

15-03-2015



Por Hernán López
Esta última semana produjo un punto de quiebre en la relación del sciolismo y el sector de Florencio Randazzo, que pone clima a las primarias de agosto, a poco más de cinco meses para la cita. El Gobernador de la provincia, Daniel Scioli, y el ministro de Interior y Transporte acapararon todas las atenciones, eclipsando incluso a los armados de la oposición, que también son materia de análisis.

Randazzo no sorprendió. Siguió con su discurso más característico, esto es, asociar a Scioli con el menemismo y colocarlo en línea de continuidad con los candidatos opositores mejor posicionados, Mauricio Macri y Sergio Massa.

La sorpresa, en realidad, vino por el lado del Mandatario provincial. Que trató de bajar un cambio y poner paños fríos desde el punto de vista personal, pero delegó los dardos en sus hombres de mayor confianza: el diputado provincial y ex funcionario de la provincia, Guido Lorenzino, el secretario general de la Gobernación, Martín Ferré, la ministra de Economía, Silvina Batakis, y -por supuesto- el Jefe de Gabinete, Alberto Pérez.

Arrancó Lorenzino, pidiendo confrontación con "los que están afuera, pero nunca con quienes hay una historia en común y un proyecto en común". Apenas un aperitivo.

Luego Ferré, hombre fuerte de la DOS, subió la apuesta y levantó el tono de la discusión. "Daniel Scioli demostró su lealtad y su pertenencia infinidad de veces: es un dirigente que suma y sobre todo que no divide, que entiende que un país se construye aunando esfuerzos, escuchando al otro y convocando a todos. Otros simplemente restan", remarcó.

Y remató Pérez con el recuerdo del libro Argenleaks, escrito por Santiago ODonell en base a las filtraciones de Julian Assange: en una de ellas, por caso, Randazzo aparece mencionado como informante de la Embajada norteamericana, mientras que otro de los mensajes refería a supuestas diferencias del funcionario con el modo en que el Gobierno nacional manejó el conflicto agrario, casi ochos años atrás.

Randazzo, por su parte, cerró la semana con nuevas críticas que no agregaron más. Más interesante, en realidad, fueron sus encuentros con intendentes del Conurbano, a quienes visitó para cultivar consensos pero -en lugar de eso- chocó contra un severo planteo: tanto los jefes comunales de la Primera Sección Electoral como sus pares de la Tercera Sección Electoral pusieron un freno a sus aspiraciones.

Algunos pidieron que baje el tono a la campaña y modere sus críticas, otros -los más duros- directamente trataron de persuadirlo para que cuelgue los botines. No funcionó: Randazzo sigue firme, radicalizará su actitud sin importar las consecuencias e irá por todo en las PASO de agosto, cosa que generó una acalorada discusión con un alcalde de la Primera, que casi termina a los gritos. Frente a un viejo Jefe comunal, pilar del PJ del conurbano y de muchos armados políticos, Randazzo deslizó la frase que sonó a orden: "tienen que encolumnarse y vamos a ir contra Scioli hasta las últimas consecuencias". Y entre esas consecuencias, incluso, reconoció "si tenemos que estrellarnos nos estrellaremos, y volveremos dentro de cuatro años". Esa arenga de paladar negro hizo reaccionar a sus interlocutores quienes le preguntaron "a quién se comió" y le recordaron sus propios orígenes y su paso por la administración de Felipe Solá incluso.

Los intendentes sienten que Randazzo, con su postura, trae dificultades de orden territorial a algunos caciques. Algunos temen que la interna nacional tenga su correlato en los pagos chicos, generando un conflicto que -de otro modo- no tendría lugar, o que, si pierde el oriundo de Chivilcoy, parte del electorado más identificado con el Gobierno elija otra opción en octubre, ante la dicotomía sin matices que éste plantea como estrategia de campaña. Consideran también, que es innecesario llevar el enfrentamiento a tal punto donde no se pueda cumplir luego la vieja premisa peronista que versa "el que gana conduce y el que pierde acompaña". Imaginar hoy que el núcleo duro al que apela Randazzo se encolumnará tras las filas del sciolismo es utópico.
Además, la estrategia del kirchnerismo de paladar negro que parecería preferir un triunfo de Mauricio Macri antes que el de Daniel Scioli pone en riesgo a casi todos los Intendentes del conurbano que necesitan una boleta ganadora para continuar al frente de las comunas. Además de los lógicos intereses personales, los Jefes comunales esgrimen razones más globales como por ejemplo que el "regreso con gloria" que imagina el ala más radicalizada sólo será posible en un escenario de crisis, lo que significa un padecimiento de todos los argentinos. Y, por el contrario, si no existiera tal crisis, entonces es muy probable que tampoco exista el regreso con gloria porque la tendencia indica que la ciudadanía argentina suele votar continuidad cuando quienes gobiernan le garantizan tranquilidad económica.

Los Intendente podrían convertirse en la primera línea de fuego que intenta poner un freno a los "modos" del ministro. Podrían incluso ser los únicos que logren hacer entrar en razones al ala dura. Después de todo entienden que Randazzo es joven y con proyección, saben que la cabeza de lista es importante, pero arriba saben también que los votos se cuentan de a uno y que necesitan de los territorios para sumar en la general.

Por ahora, Randazzo no entra en razón y la cosa sigue igual. Todo indica que así continuará en los próximos meses, a esta altura probablemente sin marcha atrás, aunque el pedido es que al menos, morigere sus expresiones.

Regresar